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Guía: Ventilación en un invernadero


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Es uno de los factores más importantes que debemos tomar en cuenta, ya que se encarga de renovar el aire, regular la temperatura y la humedad, además ayuda a controlar los niveles de CO2 y a polinizar los cultivos para que las plantas se puedan desarrollar adecuadamente.

Un correcto movimiento de aire, influye positivamente en el buen desarrollo de la planta.

 

 

Temperatura

 

Por lo general la temperatura ambiental en el interior de un invernadero suele ser más elevada que la temperatura que hay en el exterior. Al contar con ventanas en el invernadero podemos hacer que el aire frío entre y el aire caliente salga para que la temperatura del invernadero descienda hasta ser aproximada a la temperatura exterior que es más baja.

 

 

Es posible que en algunas estructuras de cubierta (invernaderos o casa sombra) por determinados factores (cambios repentinos de temperatura en el ambiente, ventilación forzada excesiva, mal funcionamiento o programación del aire acondicionado) la temperatura sea más baja por dentro que la temperatura en el exterior, en este caso se podrá realizar una "inversión térmica", es decir, que el aire frío del interior del invernadero se renovará con el aire más cálido del exterior subiendo la temperatura dentro del cultivo.

 

 

 

 

 


Las ventanas cenitales pueden ser muy importantes para reducir la temperatura, ya que funcionan incluso sin ausencia de viento. Esto es porque el aire caliente tiende a subir, las ventanas cenitales permiten el paso del aire caliente, forzando al aire frío a entrar por las ventanas laterales, a esto se le denomina "efecto chimenea".

 

 

 

Humedad

 

La humedad es muy importante para los cultivos sobre todo en la polinización. Dentro de un invernadero la humedad se mantiene en niveles altos, por la transpiración de las plantas dentro de él. Una humedad muy alta podría provocar enfermedades dentro del cultivo, por lo que la ventilación además de renovar el aire puede reducir la humedad ambiental.

 

 

 

CO2

El CO2 es un gas esencial para las plantas, por lo general su concentración se mantiene constante en el ambiente. En cambio en el interior del invernadero varía, durante el día las plantas lo ocupan en la fotosíntesis y durante la noche lo producen en la respiración, por lo que durante el día la concentración de CO2 disminuye y durante la noche aumenta. Por lo que llega un momento durante el día que la concentración de CO2 del interior del invernadero se reducirá demasiado, por lo que se tendrá que renovar el aire por medio de la ventilación. Es por eso que se sugiere mantener las ventanas cerradas por la noche para aumentar la concentración de CO2 para que se consuma a lo largo del día.

 

Para que se dé una ventilación efectiva, es recomendable que el área de ventilas sea aproximadamente igual del 22 al 30% del área del piso ocupado por la nave de invernadero. Pero también se puede establecer una buena ventilación cuando tomamos de un 15 a un 30% del área total que ocupa cada pared y techo del invernadero.

 

 

 

 

Ventilación pasiva

 

Es cuando sólo utilizamos las ventanas del invernadero situadas en los techos o en los laterales de él, las cuales permiten la entrada y salida del aire.

Las ventanas pueden ser:

·Ventilación lateral: las ventanas se sitúan en los laterales o paredes del invernadero.

·Ventilación cenital: las ventanas se sitúan en el techo del invernadero.

No podemos dar una cifra exacta de la cantidad de ventanas que debe tener un invernadero pero podemos decir que si se aumenta de un 6 a un 16% el área de ventilación, esta aumentará un 25% más.

Se sugiere que las ventanas se orienten al barlovento (dirección donde viene el viento) para conseguir entre 35 a 60% más circulación de aire.

 

 

 

 

 

Ventilación forzada

 

La ventilación forzada consiste en la implantación de equipos impulsores o extractores de aire, se ubica en uno de los frontales permitiendo la entrada de aire creando una corriente de aire adecuada, estos manejan grandes caudales de aire a bajas velocidades, por lo que las plantas no se deshidratan. Son capaces de renovar hasta 40 y 5 mil metros cúbicos de aire por hora.

Cuando se instalan, generalmente se colocan sobre la estructura del invernadero, procurando colocar rejillas de protección al interior, y en el exterior unas persianas que abran y cierren por la misma presión producida por la corriente de aire. Actualmente se prefiere trabajar con empujadores centrífugos, que consisten en una serie de contrapesos que cuando empiezan a girar se abren y empujan las láminas, perdiendo menos energía que con la técnica tradicional.

 

Es un método muy efectivo cuyo único inconveniente es el consumo de energía eléctrica. Para realizar la instalación del sistema se deben respetar las condiciones siguientes:

-El objetivo de los extractores es renovar el aire del invernadero mejorando la distribución de temperatura e impidiendo cualquier daño al cultivo causado por la sobrepresión.

-Es conveniente instalar el equipo favoreciendo las corrientes de aire predominantes de la zona.

-Dejar una distancia entre extractores comprendida entre los 8 y los 10 metros para asegurar la uniformidad en el flujo de aire.

-Debe existir una distancia a cualquier obstáculo no inferior a 1,5 veces el diámetro del equipo.

-La superficie de entrada de aire correspondiente a la zona de ventanas ubicadas en el lado opuesto debe ser 1,25 veces superior a la presentada por los extractores.

-La velocidad de aire de entrada no debe ser demasiado elevada.

-El volumen de aire impulsado por el ventilador debe de garantizar las necesidades del cultivo a una presión de 3 mm ca (milímetros de columna de agua).

-Es preferible controlar el volumen de aire renovado en varias fases, por lo que es aconsejable instalar ventiladores de dos velocidades o conectarlos de forma intercalada con dos líneas independientes.

Estos tipos de ventiladores de esta forma, se utilizan en cualquier época del año; en épocas frías para evitar humedades excesivas dentro del invernadero y en épocas calurosas para evitar temperaturas excesivas.

Estos ventiladores se deben utilizar junto con la ventilación pasiva, tanto lateral como cenital, ya que de otra forma produciríamos un vacío en el invernadero.

El diseño y cálculo del número de ventiladores que debe tener un invernadero, está en función de la cantidad de aire que se quiera renovar, disposición de los aparatos, dimensión de la finca, planimetría del invernadero, distancias entre ventiladores, viento natural que exista en la zona en que se encuentre la finca, etc. La instalación debe estar bien diseñada, ya que corregirlo es bastante difícil.

En general se busca una circulación constante del aire dentro del invernadero al mismo tiempo que se renueva, por lo que el extractor de renovación se acompaña (dentro del invernadero) de extractores de circulación más pequeños. Estos pueden ir en un acomodo circular o en zig zag a lo largo del invernadero. Se sugieren renovaciones horarias entre 45 y 60 por hora.

 

Las renovaciones de aire por hora “N” que se decidan, entre 40 a 60, indicarán el caudal de aire necesario.

 

Q (m³/h) = volumen del local x N

Ejemplo:

invernadero de 20X25X3.5

Entonces:

Q (m³/h) = volumen del local x N

Q (m³/h) = 20x25x3.5x40 = 70000 m3/h

Q (m³/h) = 20x25x3.5x60 = 10500 m3/h

Q total = 70000+10500 / 2= 87500 m3/h


Y el número de ventiladores será:
N = Q total / q (caudal de un ventilador)

N = 87500 / 16591

N = 5.27

 

 

Los ventiladores se distribuirán a lo largo de la nave, en la cubierta o en un lateral, distanciados entre 7 a 10 metros uno de otro.

Los ventiladores no van colocados siempre en el mismo sitio de cada finca. Existen zonas donde es necesario ponerlos altos, en otras zonas hay que ponerlos en la cara norte del invernadero, etc.

 

 

 

 

 

 

 

-¿Qué es un invernadero?
-La vida en un invernadero